En la semana del 02/11 se invitó a la sala de 2 y 3 años a escuchar la historia de Otto y Kimoti, de Sandra Siemens y Cecilia Varela. Otto es un pequeño hipopótamo, víctima de un tsunami, que no consiguió llegar hasta la orilla junto a su familia y quedó flotando como un corcho hasta que lo rescataron unos pescadores. El broche final fue saber que se trató de una historia real sucedida en Kenya durante el tsumani de 2004. Luego de compartir esta hermosa historia, se les propuso a los infantes, representar en una hoja los personajes de este cuento, con el objetivo de esta actividad fue fomentar el disfrute por la escucha de cuentos desde edades tempranas.
El leerle un cuento a nuestros hijos e hijas todas las noches es más que una simple actividad para arrullarlos, ya que puede beneficiarles de manera importante tanto a ellos como a nosotros. ¿Sabías que al leerle estimulás su lenguaje e imaginación, y que conseguís relajarte y relajarlo creando lazos más fuertes entre ambos?
El escuchar cuentos hace a los niños y niñas más reflexivos, ya que en éstos siempre encontraremos un mensaje que los lleve a comprender la forma en que deben actuar y comportarse, a saber distinguir entre lo bueno y lo malo. Además, fomenta la lectura y el amor por los libros, ya que el interés que les despiertan las historias mágicas y llenas de aventura plasmadas en esas páginas aumentan sus ganas de conocer más relatos.
Los niños y niñas a quienes sus padres frecuentemente les leen cuentos, saben escuchar y poner atención, elementos muy necesarios para un buen aprendizaje. Es además una medida muy efectiva para tranquilizarlos sobre todo cuando los vemos muy inquietos y/o ansiosos.