Las salas de 2 y 3 años desde el 18 de mayo hasta el 30 de junio estuvieron trabajando sobre actividades de salto, con el objetivo de que los infantes puedan experimentar el salto en diferentes situaciones lúdicas.
El salto es una habilidad motriz básica que consta de tres fases: impulso, vuelo y caída. Implica un despegue del suelo que genera la pérdida de un sostén que nos asegura (contacto con la superficie), por lo que lograrlo “agranda el dominio del cuerpo, es conquista del espacio aéreo” (Calmels).
El salto no es un movimiento innato, se aprende imitando, con otros (imitación-copia) lo que supone conexiones (entre lo sensorial y lo postural) y una organización psicomotriz superior. Experimentar actividades con saltos les permite a los niños y niñas trabajar la coordinación dinámica general y la percepción espacio-tiempo. Además, desplegar sus habilidades motrices básicas a través del descubrimiento y la exploración en diferentes escenarios, les permite avanzar en la conquista de su disponibilidad corporal y motriz.